En el mundo de la gastronomía, existe un título reservado el Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE): "Oro líquido”. A continuación, nos adentraremos en el origen y significado de esta denominación tan peculiar y que otorga un gran estatus al AOVE.

ORIGEN: MÁS ALLÁ DE LO MUNDANO.

El aceite de oliva se comenzó a considerar un tesoro entre las civilizaciones antiguas que se encontraban en torno al Mar Mediterráneo. En culturas como la egipcia, griega y romana consideraban que este aceite era un regalo divino, por lo que se utilizaba en rituales antiguos como símbolo de purificación y conexión con los dioses.

RESPLANDOR DORADO: SU COLOR.

El color del AOVE es una característica distintiva de este producto. Su evocación y semejanza al oro, sienta las bases para que se le atribuya esa denominación.

EL ARTE DEL AOVE.

El AOVE llega hasta nuestras mesas mediante un laborioso trabajo de producción, desde la recolección de la oliva hasta su posterior transformación en aceite. Si observamos el detalle y la atención con la que se crea esta esencia dorada, podemos mirarlo como un producto artístico, cada gota encapsula el arte, la maestría y la riqueza de la tierra.

CONSIDERADO COMO UN LUJO.

Explorando sus referencias en la antigüedad, observamos como el AOVE era considerado como un artículo de lujo asociado con valores como la riqueza y la exclusividad. Hoy en día se considera tanto un producto esencial en toda cocina como un artículo que ofrece exclusividad y calidad a nuestros platos. 

La capacidad que ha tenido el AOVE de atraer miradas, llegando a igualarlo al oro, nos lleva a verlo como una síntesis de elementos históricos, culturales, y nutricionales que han ofrecido al aceite virgen extra una posición elevada en nuestro día a día.